Fitch Ratings rebaja perspectiva de calificación del Perú

La ineficacia del Gobierno y el caos político se trajeron abajo las perspectivas económicas del país.

Fitch Ratings rebaja perspectiva de calificación del Perú

La agencia de calificación de riesgo internacional Fitch Ratings redujo la perspectiva del Perú de estable a negativa, manteniendo la nota en BBB como emisor de moneda extranjera.

Fitch explicó que la decisión se toma por un deterioro en la estabilidad política y porque la poca efectividad del Gobierno ha aumentado los riesgos a la baja para las calificaciones del Perú.

Además, la calificadora considera que si las perspectivas económicas y de inversión debilitadas del Perú se mantienen durante el periodo 2023-2024, podrían socavar aún más la macroeconomía en relación con sus pares con calificación BBB.

Ruido político

La calificadora internacional explicó que, en el caso de la inestabilidad política, la alta rotación del gabinete y dos intentos fallidos de vacancia por parte del Congreso han sostenido el ruido político que existe en el país y han socavado la eficacia del gobierno.

Si bien se destaca que los legisladores de la oposición bloquearon las propuestas más radicales del Ejecutivo, incluida una nueva redacción de la Constitución, los dos poderes quedaron atrapados en un enfrentamiento que resulta muy incómodo y no se espera que esta parálisis política termine antes de 2024.

Asimismo, señala que la inversión privada ha caído, se ha materializado un pasivo fiscal y la implementación de políticas se ha desacelerado como resultado de la inestabilidad política.

Crecimiento débil

Fitch Ratings corrigió su pronóstico de crecimiento del PBI real del Perú para 2022 de 2.5% a 2.3%. Los factores políticos son los que están pesando sobre el crecimiento.

La agencia refiere que la inversión minera se ha moderado y la confianza empresarial está apagada.

A ello se suma un pronóstico de crecimiento promedio de 2% entre 2023 y 2024 (por debajo del promedio de los países con calificación BBB de 2.8%).

Esto último porque una demanda global más débil reducirá las exportaciones de cobre y la inversión privada, mientras que la elección de nuevos gobiernos regionales también reducirá la inversión pública en 2023.